LA CRISIS NINJA Y LAS HIPOTECAS BASURA

TOMATE MORADO CONTRA EL CANCER

Tomate morado «contra el cáncer»
Redacción BBC Mundo

Tomates morados
Los tomates son ricos en antociánico que, se estima, tiene propiedades anticancerígenas.

Científicos británicos desarrollaron una variedad de tomates morados con la esperanza de que ayuden a prevenir el cáncer. 

Un equipo de investigadores del Centro de investigaciones John Innes, en la ciudad inglesa de Norwich, creó el tomate por medio de la incorporación de genes de la flor Boca de dragón (Antirrhinum majus), que tiene alto contenido de antociánico.

El estudio -cuyos detalles aparecen publicados en la revista Nature Biotechnology- halló que ratones alimentados con esos tomates tienen una mayor probabilidad de vivir más tiempo.

Beneficios

Los antociánicos, presentes en altos niveles en, por ejemplo, frambuesas y moras, son capaces de reducir significativamente células como las del cáncer de colon, según los especialistas.

Muchas personas no ingieren las cinco porciones diarias recomendadas de frutas y vegetales, pero ellas pueden recibir mayores beneficios si las porciones que consumen son desarrolladas con más componentes bioactivos
Cathie Martin, Centro John Innes

También hay evidencias de que los pigmentos tienen propiedades anti-inflamatorias, ayudan a mejorar la visión y podrían combatir la obesidad y la diabetes.

La profesora Cathie Martin, del Centro John Innes, declaró a la BBC: «Muchas personas no ingieren las cinco porciones diarias recomendadas de frutas y vegetales, pero ellas pueden recibir mayores beneficios si las porciones que consumen son desarrolladas con más componentes bioactivos.

El Centro John Innes investiga la manera de incrementar los niveles de componentes beneficiosos para la salud en las frutas y los vegetales más populares.

La concentración de antociánico es lo que otorga al tomate su intenso color morado.

La fruta es rica en un pigmento antioxidante llamado antociánico que, se estima, tiene propiedades anti-cancerígenas.

 

LA BOLSA UNA COSA COMPLICADA, EXPLICADA DE FORMA SENCILLA

¿Para qué sirven las bolsas?

La bolsa es el escenario en el que se realiza la compraventa de valores, en base a unos precios conocidos y en tiempo real.

Se trata de un entorno seguro para la actividad de los inversionistas, donde el mecanismo de las transacciones está internamente regulado, de manera que garantiza las condiciones necesarias de legalidad y seguridad.

La bolsa lleva el registro de las cotizaciones y los precios efectivos de los títulos de valores.

Los valores que se negocian en las bolsas están aprobados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores o instituciones similares, dependiendo de cada país, que regulan y supervisan las actividades de la bolsa.

¿Qué son los «valores»?

Lo que se puede comprar y vender en una bolsa de valores va mucho más allá de las acciones de empresa.

Según la Real Academia Española los «valores» son «títulos representativos o anotaciones en cuenta de participación en sociedades, de cantidades prestadas, de mercaderías, de depósitos y de fondos monetarios, futuros, opciones, etc., que son objeto de operaciones mercantiles».

Es decir, el concepto de «valores» incluye numerosos activos financieros, como acciones, obligaciones, bonos, certificados de inversión y demás títulos-valores inscritos en bolsa.

¿Quiénes actúan e influyen en la bolsa?

Para poder trabajar en el patio de contratación o parquet, un operador debe ser miembro autorizado de la bolsa.

El ciudadano común puede invertir en bolsa utilizando los servicios de un Broker (corredor de bolsa) o a través de un portal de internet que se dedique a esa actividad.

Para poder entrar en bolsa o «cotizar» en los mercados de valores, las empresas tienen que hacer pública su situación financiera, de manera que los inversionistas puedan conocer su estado de «salud» económica.

Los corredores de bolsa realizan operaciones especulativas a corto plazo, con la intención de obtener beneficios como resultado de los altibajos de los precios de las acciones, que fluctúan según la oferta y la demanda.

Las bolsas están sujetas al vaivén de los ciclos económicos y están influenciadas por desencadenantes psicológicos: en ocasiones, un falso rumor puede provocar la caída de una acción.

En última instancia, los precios de los títulos pueden depender de lo que la mayoría de los inversionistas piensa que la mayoría de los analistas cree que va a suceder.

En tiempos de incertidumbre, como ahora, los mercados de valores de las economías más pequeñas observan con atención lo que pasa en las bolsas de referencia, como la de Nueva York. El pesimismo en Wall Street se puede «contagiar» al resto de las bolsas del mundo.

No obstante, en términos generales, la bolsa es un indicador fiable de cómo va la economía de un país.

¿Cuáles son las principales bolsas y los índices de referencia mundial?

Los mercados de valores disponen de diferentes índices o promedios financieros, que dan una muestra aproximada del comportamiento general de los valores de ese mercado. Cada bolsa tiene sus propios índices. 

Existen bolsas de valores en casi todos los países, no obstante unas son más influyentes que otras para la economía mundial. A continuación describimos brevemente las principales bolsas e índices bursátiles:

La bolsa de Nueva York

La bolsa de Nueva York (New York Stock Exchange, NYSE) es las más grande y antigua de Estados Unidos, con cientos de asistentes a las sesiones. Su principal índice bursátil es el Dow-Jones. 

El Dow-Jones

Nació en 1896 y es el índice más antiguo y conocido del mundo. Lo conforman 30 valores, entre los miles de títulos que cotizan en la bolsa de Nueva York.

Algunos especialistas critican la limitada muestra que supone y creen que como indicador es poco fiable de las tendencias de los inversionistas. Pero a pesar de las críticas, es el principal indicador bursátil del mundo. 

El Nasdaq

El índice NASDAQ (un acrónimo en inglés) está compuesto por los valores más importantes del sector tecnológico de Estados Unidos, pero no representa al mercado general.

La bolsa de Sao Paulo

Se trata del mercado de valores más grande de América Latina.

En la actualidad la bolsa de Sao Paulo se llama oficialmente BM&FBOVESPA S.A, tras la integración en 2008 de Bovespa Holding SA (la bolsa de Sao Paulo) y BM&F SA (Brazilian Mercantile & Futures Exchange).

El Índice Bovespa, como se le conoce en portugués, está compuesto por 50 títulos y representa el 70% de la capitalización de todos los valores del mercado de Sao Paulo.

La bolsa de Londres

Fundada en 1801, es una de las bolsas de valores más grandes del mundo. Su mercado principal incluye actualmente 2.000 compañías británicas y 500 extranjeras. El índice principal de esta bolsa es el FTSE 100.

El FTSE 100

Es el índice bursátil de referencia en Gran Bretaña. Está compuesto por las 100 compañías de más alta capitalización de la bolsa de Londres.

El índice, que nació en 1984, está regulado por el FTSE Group, una compañía independiente que se originó como una empresa conjunta entre el diario Finantial Times y la Bolsa de Londres.

Las compañías del FTSE 100 representan el 80% de la capitalización de todo el mercado de valores de Londres.

La bolsa de Francfort

Es la más grande de las siete bolsas que existen en Alemania y una de las de referencia en el mundo. Francfort aglutina el 90% de las operaciones bursátiles que se realizan en toda Alemania. Pertenece y es gestionada por Deutsche Borse AG.

De las 330 empresas que participan en la bolsa de Francfort unas 160 son extranjeras.

Además de la tradicional compraventa de valores en el parqué, la bolsa de Francfort destaca por su desarrollo del mercado electrónico de valores, que desde 1997 impulsa y lidera mediante la tecnología Xetra.

Desde entonces la importancia de las operaciones en suelo ha disminuido en Francfort: con el sistema electrónico Xetra, uno de los líderes de los mercados bursátiles mundiales, la compraventa tiene lugar donde quiera que haya una pantalla.

El índice de referencia es el DAX 30, que está formado por las 30 principales compañías de la bolsa de Francfort. 

La bolsa de París

Desde el año 2000 la bolsa de París se conoce como NYSE Euronext o Euronext París. El cambio se dio a raíz de la fusión entre la Bolsa de Nueva York (NYSE) y Euronext NV, el primer mercado bursátil integrado de Europa, que en el año 2000 se había formado con la fusión de las bolsas de París, Bruselas y Ámsterdam.

El CAC 40, fundado en 1987, es el índice de referencia de la bolsa de París.

Bolsa de Tokio

Fundada en 1878, es la segunda bolsa de valores más grande del mundo.

Tiene más de 2000 compañías adscritas de las que un porcentaje mínimo son extranjeras. En 1982, con la introducción del sistema CORES, se inició la transformación del tradicional mercado de corros hacia el informático que hoy impera.

El índice de referencia de la bolsa de Tokio es el Nikkei 225. 

Nikkei 225

Además de ser el índice de la Bolsa de Tokio es el referente bursátil más importante de los mercados asiáticos.

Lo calcula diariamente desde 1971 el periódico «Nihon Keizai Shimbun», el diario de negocios más grande de Japón, cuyas iniciales dan nombre al índice.

La bolsa de Shanghai

Fundada en 1990, está directamente operada por la Comisión Reguladora de Valores de China. Esta bolsa se ha convertido en el mercado bursátil más importante de China, tanto por el número de compañías adscritas (860 en 2007) como por el valor de su mercado.

Su índice bursátil de referencia es el SSE Shanghai Composite, que nació también en 1990.

¿Cómo se leen los resultados de la bolsa?

El devenir cotidiano de cada bolsa se mide mediante el índice bursátil correspondiente (el Nasdaq, el Nikkei, el FTSE, etc.) y de acuerdo a los precios de transacción al cierre. 

Al final de la sesión diaria, cada bolsa presenta sus resultados, positivos o negativos, que se pueden leer en puntos enteros o en porcentajes.

Para los menos familiarizados con el lenguaje bursátil, esta doble alternativa puede dar lugar a errores de interpretación.

En los medios de comunicación, lo más habitual es leer los resultados de las bolsas en porcentajes, ya que, en principio, ésa es la manera más clara de entenderlos, incluso para alguien que no sigue de cerca la evolución de los mercados.

La lectura de las bolsas en puntos «enteros» tiene sentido para el lector si éste conoce a cuánto estaba el índice.

Tomemos por ejemplo la siguiente información:

El mercado Nasdaq, avanzó 22,83 puntos enteros.

Para alguien que no siga diariamente el índice Nasdaq, esta información es irrelevante. Sólo sabiendo que el índice estaba en 1.755,71 cobra sentido.

Sin embargo, incluso el lector menos entendido en la materia podría comprender esta otra información:

El mercado Nasdaq subió un 1,3%.

En cualquier caso, las cifras que se manejan siempre indican la diferencia diaria entre el valor de cierre y el valor de apertura de la bolsa.

Y finalmente… ¿por qué gritan, hacen aspavientos y van vestidos de colores los corredores de bolsa?

Los parqués de los mercados de valores están repletos de individuos chillones y estresados, de aspecto preocupado (basta con ver las fotografías que han acompañado a los titulares económicos de las últimas semanas para comprobarlo).

Gritan porque están trabajando en «corros», un sistema de contratación de viva voz que se da en grupos, repartidos por el salón de la bolsa.

En la bolsa de Nueva York, por ejemplo, cada corredor lleva una chaqueta de un color particular que identifica a la compañía para la que trabaja.

Los corredores de bolsa son mediadores financieros, que en la actualidad suelen trabajar para Sociedades y Agencias de Bolsa.

Cuando se abre la sesión, empiezan a gritar lo que sus clientes quieren comprar y a qué precio, mientras otros gritan lo que sus clientes quieren vender y por cuánto. Obviamente, todos quieren conseguir el mejor precio.

Entre tanto ruido, muchos se comunican con gestos, de ahí los aspavientos…

A lo largo del día los corredores de bolsa reciben muchas órdenes de compraventa por parte de las compañías a las que representan, de ahí la presión y las consecuentes caras de preocupación.

El analista David Schehr resumió así el buen quehacer del corredor de bolsa:

«Para hacer dinero en el day-trading se necesita la combinación de un doctorado en matemáticas, el tiempo de reacción de un piloto de combate y la estabilidad emocional de un negociador de rehenes».

PETROLEO vs CRISIS ECONÓMICA E INFLACIÓN

El temor a una recesión sube y el precio del petróleo baja. La crisis financiera llegó al barril de crudo con lo bueno y lo malo que eso implica.

El precio del barril promedio perdió US$82 dólares en sólo tres meses, hasta situarse en US$63 dólares por barril el 16 de octubre. Pero ese no parece ser el fin. Los analistas pronostican que el próximo año podría ubicarse en US$50, los más pesimistas lo sitúan incluso en la franja de los US$40.

Por algo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) citó a una reunión de emergencia para el viernes 24 de octubre a fin de tomar acciones que eviten una caída más drástica en el precio.

Sin embargo, una posibilidad es que el descenso continúe. «Se espera que la OPEP recorte la producción y eso podría ayudar al precio en el largo plazo, pero ahora mismo no hay nada que puedan hacer para detener la caída en el precio del crudo», asegura Alejandro Barbajosa, especialista en petróleo de la empresa Argus Media, con sede en Londres.

Barbajosa destaca que «la misma sorpresa que provocó la caída en las bolsas de valores está ocurriendo en el mercado de petróleo. Cuando el precio del crudo iba al alza había al menos una barrera psicológica, los 150 dólares, por ejemplo, pero ahora no se sabe hasta dónde puede caer».

Petróleo y crisis

Pero ¿qué tiene que ver el precio del petróleo con la crisis económica?

Mucho. En los últimos meses hemos sido testigos de una creciente espiral en el precio del llamado «oro negro» debido principalmente a la demanda tanto de países desarrollados como Estados Unidos o el Reino Unido, como de países en vías de desarrollo como China o India.

La demanda ha sido tan grande, que ha rebasado la capacidad de producción de los países exportadores generando así un alza inflacionaria en el combustible fósil.

Pero eso se acabó. La amenaza de la recesión mundial desincentiva casi en forma automática la demanda por este combustible.

En Estados Unidos, por ejemplo, ante la falta de dinero la gente maneja menos, por lo que compra una menor cantidad de gasolina, lo que a su vez eleva los inventarios del combustible y reduce la demanda.

Lo bueno

Cuando el precio del petróleo cae, ocurren cosas buenas y malas, dependiendo de quién lo analice.

Del lado del consumidor, sobre todo en los países desarrollados, es una de las pocas buenas noticias que llegan en estos tiempos de incertidumbre económica. Quienes manejan podrán ahorrar dinero en el precio de combustible y destinarlo a otros gastos o a ahorro.

Además, uno de los más grandes damnificados del alza en el valor del crudo ha sido el precio de los alimentos que ahora podría reducirse.

Todo esto significa que, ante la desaceleración económica, la caída en el precio del petróleo podría actuar como un estímulo para la economía real.

Esto tomará más tiempo en América Latina. Alejandro Barbajosa recuerda que en los países de la región el precio del combustible está subsidiado, por lo que el impacto benéfico no se sentirá de manera directa.

Lo malo

El presupuesto de los países exportadores de petróleo dependen en gran medida de los ingresos por la venta del combustible y, al caer su precio, tienen menos dinero disponible para gastar en obras públicas o inversiones sociales.

Además, una reducción en estos ingresos implica que los planes de exploración de nuevos yacimientos petroleros se retrasarían, poniendo aún más presión sobre el futuro de este combustible que, recordemos, no es renovable.

El problema es que la mayoría de los países productores dependen de la inversión privada para llevar a cabo estos proyectos y los inversionistas podrían retirase si creen que el negocio no es rentable.

La OPEP sabe que si el precio del petróleo sigue bajando, varios de sus agremiados -como Irán y Venezuela- podrían verse en problemas. Por ello se espera que en la reunión anuncien medidas para que los inventarios decrezcan, la demanda aumente y el precio se estabilice.

América Latina

Venezuela y México son dos de los productores más grandes de la región y podrían ser los primeros en sentir su impacto. Las finanzas de ambos países dependen en buena medida de los ingresos por la venta del combustible.

En el caso venezolano, el crudo representa casi la mitad de sus ingresos, mientras que en el de México se trata aproximadamente de una tercera parte del total.

Cada año, los gobiernos de estos países envían al Congreso el presupuesto para el siguiente año con una estimación del precio del petróleo y los ingresos que éste puede proporcionarles.

Aunque ambos tratan de ser conservadores, la realidad es que se trata de un juego de adivinanzas. Y las cosas para el 2009 no pintan bien. Venezuela espera que el precio del barril de crudo esté, en promedio, en US$60, mientras que México lo estima en US$80 dólares.

En los dos casos, los congresistas pueden hacer ajustes a este cálculo, pero es difícil que el cambio sea drástico.

El problema es que si el valor del barril cae por debajo de lo estimado, las autoridades de estas naciones dispondrán de menos dinero del que habían pensado y entonces tendrían que recortar gasto o endeudarse más. Ninguna de las dos opciones parece una buena noticia.

EXPLICACIÓN SENCILLA DE ¿QUE ESTÁ PASANDO CON LA CRISIS ECONÓMICA?

¿Qué está pasando?

La crisis financiera originada en EEUU es una de las más graves de las últimas décadas. De momento, ya se ha llevado por delante a varios gigantes financieros del país y su contagio se ha extendido a todo el mundo. El mayor motor económico del planeta se ha visto obligado a realizar las mayores intervenciones en empresas conocidas hasta la fecha para calmar los mercados, mientras la crisis se ha trasladado ya a las economías ‘reales’.

por JOSE A. NAVAS

Mario es un fontanero español que quiere ampliar su negocio y acude a su banco habitual para pedir prestado dinero. «Lo sentimos, esta vez no podemos ayudarte», es la educada pero dura frase que recibe en la sucursal. A Mario le cuesta entender en un principio que la reticencia de su banco o caja de toda la vida tiene que ver con la concesión de hipotecas a miles de kilómetros de España, en EEUU, a personas con un mal historial de morosidad y con pocos ingresos, aunque, al final, lo acaba asumiendo.

El convencimiento no ha crecido por generación espontánea. Antes ha leído periódicos en los que se dice que la crisis financiera originada en EEUU es la peor desde la Gran Depresión de los años 30 «Entonces debe ser gordo», piensa. Sigue leyendo los diarios y, pese a las crípticas informaciones que vislumbra —«la economía parece tener un lenguaje sólo para entendidos», se dice— consigue hacerse una idea general de lo que ocurre.

En Estados Unidos, las ambiciones de los bancos han ido más allá de lo recomendable y concedieron hipotecas a personas con empleos inestables o con pocos ingresos, con la confianza de que el precio de las casas nunca bajaría —»anda, esto mismo es lo que pensaba la gente es España»—, lo que compensaría la posibilidad de que estas personas dejaran de pagar. Pero al final, la burbuja inmobiliaria estalla y comienzan a aumentar los impagos de las hipotecas, lo que a la postre acaba por provocar que el precio de los pisos acabe bajando. Y el problema no es sólo inmobiliario. En los últimos años se crean nuevos productos de inversión ligados a esas hipotecas de alto riesgo —también son los más rentables porque los intereses y sus beneficios son más altos—. Grandes fondos de EEUU y de otros países invirtien en esos productos, cuyo valor se desploma ante la caída del valor de los pisos.

Los bancos de EEUU comienzan a tener fuertes pérdidas y empiezan a desconfiar unos de otros, una situación que comienza a contagiarse por todo el mundo: vivimos en una época globalizada y Wall Street sigue siendo el corazón financiero. Mario no lo sabía, pero los bancos se prestan dinero entre sí para hacer frente a sus obligaciones. Evidentemente, se cobran intereses para hacer estas operaciones rentables. Sus recelos a la hora de prestar hace que esos intereses suban, provocando, indirectamente, que las hipotecas en España acaben encareciéndose.

La falta de dinero de los bancos hace que comiencen a dar menos préstamos a empresas y particulares. Por eso, el banco de Mario se niega a darle el crédito. Sin esos prestámos, las empresas se resienten y sufren parones en su actividad, lo que acaba por hacer que la economia crezca menos y el paro suba. «Yo pensaba contratar una persona, pero sin el préstamo no puedo hacerlo», piensa el fontanero protagonista de esta historia.

El panorama es ‘negro’. Con la quiebra de varios bancos y el rescate de otros, los problemas se han agravado. Una de las particularidades de esta crisis es que cuanto más se alargue en el tiempo más afectará a la economía ‘real’, es decir, que se avecina, probablemente, una época de recesión. Esto se debe también a que la psicología juega un papel muy importante en la economía. La confianza de los ciudadanos cae cada vez más, lo que produce un mayor temor a consumir, algo que acaba por dañar aún más el crecimiento.

Mario lee que la crisis provocará un cambio en los bancos: aumentará la regulación, sobre todo en EEUU, habrá fusiones y aumentará el peso de la banca de toda la vida —oficinas y trato directo con el cliente— en detrimento de los productos ‘milagrosos’ que ofrecían grandes rentabilidades.

Pero lo que verdaderamente le importa es que en España las cosas pintan muy mal. A la crisis financiera se ha unido el pinchazo de nuestra burbuja inmobiliaria y la subida del petróleo, del que somos muy dependientes. Desgraciadamente, la salida parece estar al otro lado del Atlántico.

¿QUIEN ES QUIEN?

Los protagonistas de la crisis

La crisis económica está dejando algunos nombres propios. Caídos, rescatados
en el último instante, reguladores que tienen en sus manos la evolución del mercado
a corto plazo… Estos son los principales protagonistas de la catarsis.

por RAQUEL QUÍLEZ

LEHMAN BROTHERS

El cuarto banco de inversión de EEUU se declaró en quiebra el 15 de septiembre de 2008, tras ser incapaz de encontrar un comprador. La firma, fundada en 1850 en Alabama por los hermanos Lehman como una pequeña compañía de algodón, tenía una deuda de 613.000 millones de dólares. El origen de sus problemas eran las hipotecas basura: una de las unidades de Lehman era BNC, uno de los mayores bancos hipotecarios de EEUU especializados en estos créditos concedidos a clientes con poca solvencia. En 2007, Lehman cerró BNC, pero sus problemas continuaron. El banco disponía de activos por valor de 639.000 millones de dólares y contaba con 25.935 empleados en 61 oficinas por todo el mundo. En este caso, el Gobierno de EEUU no acudió en auxilio de la entidad.

AMERICAN INTERNATIONAL GROUP (AIG)

La tercera mayor aseguradora del mundo rozaba la insolvencia y el Gobierno de EEUU acudió al rescate en septiembre de 2008 para evitar lo que habría sido el mayor cataclismo mundial desde el ‘crash’ del 29. A través de la Reserva Federal, concedió a AIG un crédito de 85.000 millones de dólares (unos 60.000 millones de euros), que da al Estado el control del 80% de la compañía. La aseguradora debía hacer frente al impago de los ‘credit default swaps’, seguros que hacía a sus clientes protegiéndoles ante la quiebra de empresas en las que tuvieran inversiones. Algo que con la crisis ocurre cada día y que a AIG le ha costado miles de millones. Además, su apuesta por las hipotecas de alto riesgo de impago, las ‘subprime’, le han provocado pérdidas de 18.000 millones de dólares entre enero y septiembre de 2008. La compañía tiene unos activos de más de un billón de dólares (700.000 millones de euros), equivalente al 80% del PIB de España, y el monto de los créditos que bancos de todo el mundo tienen asegurados con ella ascendía a 215.000 millones de euros. Si quebraba, no les indemnizaría en caso de que los tomadores de esos créditos no pagasen.

FANNIE MAE Y FREDDIE MAC

Las dos mayores entidades hipotecarias de EEUU también han sido nacionalizadas para evitar el desastre. El Estado ha asumido el control a través de la Agencia Federal Financiera de Casas e inyectará 100.000 millones de dólares en cada una.
FANNIE MAE se fundó en los años 30 como consecuencia de la crisis mundial. Como los bancos concedían los créditos con reticencias, el Gobierno creó la Asociación Nacional Federal de Hipotecas que dio, con menos recelos, préstamos hipotecarios a millones de personas. De sus siglas, FNMA, nació el acrónimo Fannie Mae. En 1968 se privatizó para separar su negocio de los presupuestos del país.
FREDDIE MAC es el hermano menor. Fue creado en 1970, bajo el nombre de Banco Federal de Préstamos para Viviendas, para ampliar el mercado de los créditos. Entre ambas compañías, que en el último año han perdido 14.000 millones de dólares, sustentan más del 40% de la deuda hipotecaria de EEUU. Se prevé que, una vez saneadas, sean troceadas y privatizadas.

BEAR STEARNS

El quinto banco de inversión de EEUU fue el primero en caer: reconoció problemas de liquidez y sus acciones se desplomaron un 46% en la Bolsa de Nueva York, por lo que el Gobierno de EEUU acudió en su auxilio para evitar que el colapso afectase a otras instituciones. Fue salvado por la mínima. Su rival JP Morgan anunció su compra en marzo de 2008 por tan sólo dos dólares (1,28 euros) por acción, en una operación sólo en títulos y que la Reserva Federal financia hasta el límite de 30.000 millones de dólares (más de 19.000 millones de euros). Esto situó el valor del Bearn Stearns en unos 236 millones de dólares (unos 151,5 millones de euros), lo que suponía un descuento del 93% respecto a su valor.

 

HENRY PAULSON. DEPARTAMENTO DEL TESORO

El secretario del Tesoro —cargo que equivale al de un ministro de Economía en Europa— fue el artífice del ‘plan de rescate’ propuesto por Bush. Según su iniciativa, el Tesoro podría comprar hasta 700.000 millones de dólares (casi 490.000 millones de euros) en activos hipotecarios en manos de los bancos. Lo que se traduce en que la Administración compraría la deuda de mala calidad de las instituciones financieras estadounidenses, en lo que supondría la mayor intervención de la historia desde la Gran Depresión de los años 30.
Paulson (Illinois, 1946) defiende que el Gobierno intervenga en los mercados para evitar un daño mayor en la economía. Es un hombre de Wall Street, donde hizo carrera durante más de 30 años antes de llegar al Departamento del Tesoro.

BEN BERNANKE. RESERVA FEDERAL

Es otro de los reguladores gubernamentales. El presidente de la FED —en el cargo desde febrero de 2006— ha coordinado las inyecciones de liquidez y la bajada de los tipos de interés para dar confianza a la economía.
Ante la mala marcha de los mercados, la FED recortó los tipos de interés hasta el 2%, uno de los niveles más bajos desde 2004 . Además, se optó por inyectar liquidez —préstamos que las instituciones monetarias ofrecen a las entidades financieras cuando detectan que hay escasez de dinero en circulación— para combatir la incertidumbre. Bernanke defendió también el ‘plan de rescate’ de Paulson y Bush.

 

ALAN GREENSPAN

Es uno de los nombres que se señalan como ‘culpables’. Como presidente de la Reserva Federal, organismo que funciona como banco central de EEUU, Greenspan dirigió la política financiera del país desde 1987 hasta 2006. Unos años en los que apostó por una política monetaria expansiva que algunos analistas consideran responsable de la actual crisis.
Greenspan fue designado por primer vez en el cargo por el ex presidente republicano Ronald Reagan. Su desempeño fue tan bien valorado en su momento que Clinton, demócrata, lo confirmó en el puesto. Menos agradables fueron sus relaciones con George Bush, que sale muy mal parado en sus memorias.

 

JEAN-CLAUDEE TRICHET. BANCO CENTRAL EUROPEO

El presidente del Banco Central Europea (BCE) se está caracterizando por llevar una política económica contraria a la de Bernanke.
El francés (Lyon, 1942) se opone a bajar los tipos de interés para contrarrestar la ralentización del crecimiento de la economía en la eurozona. Mantiene que la principal tarea del BCE es asegurar la estabilidad de los precios y que si rebajase el precio del dinero, se dispararía la inflación.
El objetivo del BCE es defender los intereses de toda la zona euro. Trichet ocupa su presidencia desde el año 2003. 

 
  • LAS CLAVES
  • El Gobierno de EEUU acudió al rescate de AIG, Fannie Mae, Freddie Mac y Bearn Stearns.
  • Lehman Brothers tuvo que declararse en quiebra.
  • Paulson es el artífice del ‘plan de rescate’ de Bush.
  • La Reserva Federal ha apostado por bajar los tipos de interés, al contrario que el BCE
  • Algunos analistas consideran a Greenspan responsable por su política expansiva en la FED.

La capital financiera del mundo

Paradójicamente, la crisis de las ‘subprime’ ha puesto de manifiesto la supremacía financiera de EEUU. Justo después de tres años en los que no paraba de discutirse el declive relativo de Nueva York con respecto a Londres —sobre todo—, Shanghai, Hong Kong, Singapur, Dubai y Qatar, el cataclismo  financiero que Occidente está sufriendo ha demostrado que la capital de las finanzas mundiales sigue siendo, sin lugar a dudas, EEUU. Y que cuando ese país estornuda, todo el mundo (o, por lo menos, Europa), se resfría.

por PABLO PARDO, desde Washington

En 2005, el senador por Nueva York Charles Schumer (demócrata) y el alcalde de esa ciudad, Michael Bloomberg (que primero fue demócrata, después republicano y ahora es independiente), solicitaron a la consultora McKinsey un informe sobre la pérdida de competitividad (pdf) de la ciudad dentro del sector financiero. El estudio reflejaba  un panorama muy pesimista. Aunque lo más curioso, sobre todo a la vista de cómo está el debate sobre los servicios financieros hoy, es que señalaba como principal causa de la decadencia de Wall Street al exceso de regulación. Un exceso de regulación que procedía de las normas contables establecidas por la ley Sarbanes-Oxley (conocida popularmente como SarbOx), que fue creada tras la crisis de 2001, cuando una serie de gigantes empresariales estadounidenses, como la eléctrica Enron y la telefónica WorldCom, suspendieron pagos en medio de monstruosos fraudes contables.

El impacto del informe fue tal que la SEC —el equivalente en EEUU de la CNMV en España— modificó algunas reglas para, por ejemplo, hacer más fácil que las empresas pudieran dejar de cotizar en EEUU. Otros problemas que no se han solucionado procedían, sin embargo, del tremendo cierre de las fronteras que EEUU ha llevado a cabo tras el 11-S, y que ha llevado a ese país a perder una buena parte del talento que demanda el sector financiero (hay que recordar que en Wall Street no sólo hay gente con MBAs, sino incluso físicos, matemáticos y hasta astrónomos, debido a la compeljidad de las operaciones que se llevan a cabo).

 

Ahora, en esta nueva crisis, las cosas son al revés. Wall Street está poco o nada regulado. Pero nadie cuestiona su primacía. Las nuevas plazas financieras todavía están lejos de competir con Nueva York. Aunque lo que sí está claro es que EEUU ya no ejerce el monopolio del poder económico mundial. Como el ex consejero de Seguridad Nacional con Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, recordaba que el Gobierno chino (en la práctica, el banco central de ese país) tiene 400.000 millones de dólares (casi 300.000 millones de euros) en Fannie Mae y Freddie Mac, las dos agencias hipotecarias que EEUU nacionalizó en septiembre.

 

Con semejante dependencia del capital extranjero (EEUU necesita absorber 1.000 millones de dólares del resto del mundo cada día para compensar su falta de ahorro interno), Washington no ha podido jugar la ‘negligencia benigna’ que ha sido su regla de actuación en los últimos 60 años en materia de política económica. La Administración Bush, a pesar de toda su retórica nacionalista, ha tenido que intervenir Fannie y Freddie en lo que es la mayor nacionalización de la Historia para demostrar que está dispuesta a cumplir con sus compromisos exteriores, de modo que los inversores sigan considerando a ese país un lugar seguro para poner su dinero.

 

Esto de tener un imperio endeudado es muy mala señal. De hecho, el último imperio que financió su expansión con dinero prestado por los extranjeros fue España en los siglos XVI y XVII, y ya sabemos cómo acabó aquéllo: mal (para los españoles). Ahora, EEUU está en la misma situación. Pero, aunque esa dependencia del ahorro exterior sea una amenaza en el medio plazo para EEUU, por ahora Nueva York sigue siendo la capital financiera del mundo.

Compra, compra, que los pisos suben

La crisis española se puede resumir en dos líneas: la coincidencia de una crisis financiera mundial con el desplome de la construcción, motor de la economía del país desde hace más de una década. Al final del «hipotécate, que el piso valdrá más» se han sumado una situación crediticia más estricta para que la banca conceda préstamos y la amenaza de la inflación, alentada por un barril de petróleo que, a pesar de moderarse desde julio, ha llegado a alcanzar precios estratosféricos.

por JAVIER GONZÁLEZ CUESTA

¿Cuánta tierra necesita un hombre? La construcción, un negocio que impulsó la recuperación española en los noventa, se fue de las manos hace mucho tiempo. Según los datos del Gobierno, el ‘ladrillo’ tenía a principios de 2008 un peso del 17,9% en el Producto Interior Bruto (PIB) y daba empleo al 13% de la población activa. Las cifras son aún mayores si se tiene en cuenta su influencia indirecta en otros sectores, lo que supondría alrededor de un 34% del PIB.

La especulación inmobiliaria ha sido la causa del hundimiento del sector. No sólo los casos de corrupción que implican a promotores y ayuntamientos son cada vez más numerosos, sino que muchos ciudadanos pensaron durante años que los pisos nunca bajarían de precio. Así, comprar era más rentable que alquilar —los costes mensuales han sido similares durante años— y España se convirtió en el año 2001 en el primer país europeo en viviendas en propiedad, con apenas un 15% de españoles en régimen de alquiler. Por otra parte, ningún Gobierno actuó nunca en serio porque tal ‘burbuja’ fue siempre negada hasta que el ‘pinchazo’ fue evidente. «Ajuste» es la definición que mantuvo el actual Ejecutivo durante varios meses sobre el desplome de constructoras con miles de millones de euros en deudas. 

El hundimiento inmobiliario ha coincidido desde mediados de 2007 con la crisis hipotecaria estadounidense, cuyo negocio del ‘ladrillo’ ha sido similar hasta cierto punto con el español y el británico. No obstante, vista la evolución de la crisis, España está mucho mejor resguardada que EEUU porque su banca se ha protegido lo suficiente a la hora de conceder préstamos. 

Los bancos estadounidenses, salvo algunas grandes entidades comerciales, como Bank of America, concedieron hipotecas de alto riesgo a gente que no podía pagarlas con seguridad. Estas, conocidas como ‘subprime’, se agruparon en paquetes de productos financieros que eran comprados por inversores de medio mundo. Su constante cambiar de manos y complejidad han intoxicado al sistema financiero mundial, provocando un fuerte clima de desconfianza entre los bancos. España, como el resto del mundo, nota esta crisis al tener más dificultades para conseguir liquidez, lo que se traduce en menos préstamos a empresas y hogares. 

 A la crisis crediticia se ha unido la inflación. España, con un diferencial de precios de algo más de un punto porcentual respecto a Europa, lo nota en gran medida. El principal motivo del  encarecimiento de todo es el precio del petróleo, doblado en un año por la posible especulación del mercado de las materias primas, aunque ahora el barril vale menos de 100 dólares. Ello, sumado al aumento de los precios de los alimentos, han provocado manifestaciones que han revolucionado al país, como la de los transportistas y la de los pescadores. 

La política del Banco Central Europeo, del que depende España, ha sido dar más peso a la lucha contra la inflación que fomentar el crecimiento. Así, su política de tipos de interés altos se ha notado tanto en las duras condiciones crediticias como en la subida de las hipotecas sujetas al Euribor, que son la mayor parte de las españolas. 

Ante todas estas variables, la renta disponible de los hogares ha mermado. Esto  ha provocado el hundimiento del consumo, lo que supone a su vez el desplome del crecimiento de la economía española y con ello la pérdida de miles de empresas y puestos de trabajo. El número de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) se ha disparado, en especial en la construcción e  industrias como la de la automoción. El número de parados supera los 2,5 millones de personas, el peor dato en una década, y las empresas que cierran sus puertas son numerosas, sobre todo las constructoras y promotoras inmobiliarias.

Así, la suma de constructoras deudoras de miles de millones de euros y personas sin empleo ha hecho que las tasas de morosidad de bancos y cajas de ahorro aumenten con fuerza en los últimos meses. Y ello, en un ciclo continuo, provoca que el acceso a créditos sea más difícil, lo que entorpece el crecimiento español. 

Todos los pronósticos apuntan a que 2009 será un año duro. Instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Central Europeo, entre otros, coinciden en que el próximo año será peor que el actual, aunque esperan cierta recuperación a finales del segundo semestre. 

Agotado su margen de maniobra, y con poco éxito en su paquete de medidas anticrisis, el Gobierno ha diseñado para 2009 unos Presupuestos Generales «austeros» y «realistas». La previsión oficial es que España crecerá a su nivel potencial a partir de 2010. Puede ser, aunque todo dependerá de la evolución de la crisis mundial. Lo que parece cierto es que el actual modelo económico español está agotado. La reflexión se hace obligatoria.

 

Recesiones mundiales

Continuas y dramáticas caídas de la Bolsa, subida del precio petróleo,
quiebra de empresas, aumento del desempleo… No es la primera vez.
Éstas son las grandes crisis que pusieron en jaque a la economía mundial.

por MARÍA JESÚS HERNÁNDEZ

Ciudadanos ante la Bolsa de Nueva York el día del ‘Crack’ (AP).

EL ‘CRACK’ DEL 29

24 de octubre de 1929. Trece millones de títulos se ponen a la venta a precios irrisorios, pero no hay compradores. La Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores del mundo, comienza hundirse en una jornada conocida como el Jueves Negro de Wall Street. Los mercados bursátiles cayeron en picado después de varios meses de inestabilidad que pusieron punto y final a los felices años 20, en los que cientos de miles de ciudadanos se sumaron al ‘boom’ especulativo e invirtieron sus ahorros buscando fortuna.

 

Paquetes de acciones por menos de un tercio de su valor, empresarios y multimillonarios lanzándose desde rascacielos, la Policía clausurando la Bolsa… El pánico se extendió tan rápido entre los inversores que a pesar de la inyección de capital realizada por los bancos, fue inevitable el Lunes Negro y el Martes Negro. El colapso se alargó un mes desembocando en una gran crisis bancaria —de 1929 a 1931 quebraron cerca de 2.000 bancos—. El ‘Crack’, que coincidió con el inicio de la Gran Depresión, se extendió a todo el mundo por la dependencia financiera y económica con Norteamérica. Aunque la recuperación económica de EEUU ya era visible en 1940, hasta 1954 el Dow Jones no volvió a alcanzar los niveles anteriores a la crisis del 29 .

 

 

PRIMERA CRISIS DEL PETRÓLEO (1973-1975)

Es desde hace décadas un continuo quebradero de cabeza para la economía mundial. El petróleo, la fuente de energía más demandada, protagonizó su primera gran crisis en 1973. La negativa de la OPEP de exportar crudo a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra del Yom Kippur (EEUU y sus aliados de Europa Occidental) fue una de las principales causas. Esta restricción y la posterior subida del precio afectó tanto a industrias, como a empresas y particulares que tuvieron que racionar la energía —el uso del automóvil o del televisor llegó a estar sometido a horarios limitados en algunos países—. A esta decisión, hay que sumarle el caos en el que estaba sumido el sistema monetario internacional tras la decisión de Nixon de desligar el dólar del patrón oro.

 

Las altas tasas de desempleo, el aumento de la pobreza, la disminución del consumo hicieron planear la sombra del 29. No obstante, muchos especialistas sitúan las causas de esta crisis como una evolución propia del sistema capitalista debido, entre otras cosas, a los avances tecnológicos que provocaron una gran reducción de las plantillas. Con esta crisis se empezó a cuestionar el funcionamiento del ‘Estado de bienestar’.

2ª CRISIS DEL PETRÓLEO (1980 – 1982)

Cinco años tardó el oro negro en volver a poner en jaque a los países desarrollados. La segunda crisis llegó de la mano de la guerra que enfrentó a Irán e Irak . El conflicto provocó la congelación inmediata de las exportaciones de crudo iraníes y una subida desorbitada de los precios. En esta ocasión, las medidas paliativas no se hicieron esperar y las grandes potencias pusieron en marcha restricciones en el consumo, mientras los especuladores no dudaron en aprovechar el tirón. No obstante, el aumento de la producción de Arabia Saudí y la posterior reanudación de las exportaciones de Irán provocaron una bajada de los precios del crudo.

LA CRISIS ASIÁTICA (1997)

Los ‘Tigres Asiáticos’ sufrieron la peor crisis de su historia a finales de los 90. La excesiva ambición de un gran número de inversores que creyó ver en esta zona una ‘mina de oro’, explotó cuando en 1997 el déficit comenzó a subir de forma imparable. Los continuos escándalos financieros y una pésima política de préstamos contribuyeron a una gran devaluación de la moneda. No obstante, el momento más duro llegó cuando explotó la burbuja japonesa: el precio de los activos cayó en picado, dejando huella en los mercados internacionales. Gracias al Fondo Monetario Internacional los mercados asiáticos recuperaron el ritmo de crecimiento anterior a la crisis.

CRISIS DE LAS ‘PUNTOCOM’ (2001)

El rápido desarrollo de Internet y de las empresas que operaban en la red provocó un aumento desorbitado de la inversión en este campo, que provocaron una increíble subida de las acciones, creando con ello una burbuja especulativa. Este sector alcanzó su máxima cotización en 2000, pero tan solo un año después comenzó la caída. Los beneficios casi ‘milagrosos’ que se esperaban de estas empresas no llegaban y los inversores comenzaron a huir en desbandada del capital de las compañías. La crisis, al estar centrada principalmente en EEUU, no tuvo las dimensiones de las anteriores. En España tuvo su mayor reflejo en Terra, cuyas acciones llegaron a valer 157 euros en 2000 para desplomarse a tres euros cinco años después.